EL SUR DE MÉRIDA EN PLENO OLVIDO

Mérida, es una ciudad de grandes contrastes, donde la riqueza y la prosperidad que impera en las colonias del norte coexisten con la vulnerabilidad y la pobreza extrema del sur, zona históricamente caracterizada por el abandono, marginación y una profunda desigualdad en el acceso a bienes y servicios básicos que padecen sus habitantes.

ALCALDE MENTIROSO: CIUDADANOS


.-La primera solicitud de servicio la metimos desde hace dos años, y cuando Renán Barrera Concha estaba en campaña para volver a ser alcalde también le pedimos apoyo, pero él nunca visitó nuestra colonia, sólo mandaba a sus secretarios, es la voz de rechazo de los habitantes que viven en pobreza extrema en el sur de Mérida.


.-“Sólo promete y no cumple, nos dicen 'sí, sí', pero ya cuando están arriba ni se acuerdan de uno, se olvidan, así es la política, pura mentira”


.-Es evidente que, producto de una rampante corrupción ampliamente documentada por Sol Yucatán, la capital del estado padece una lacerante falta de justicia social, que es caldo de cultivo para la violencia e inseguridad, como resultado de estos contrastes territoriales y de las marcadas desigualdades entre el norte y el SUR.

Basta dar un breve recorrido por colonias como Emiliano Zapata Sur I, II y III; El Roble, Roble Agrícola I; Plan de Ayala Sur, II y III; San Antonio Xluch III y San José Tecoh II, por nombrar algunas, para constatar la precaria condición en que vive la gente por la falta de acceso a servicios elementales como de salud, transporte público, servicio de recolección de basura, energía eléctrica y agua potable.


Visiblemente enfadada y con tono de decepción, la señora Marcela López Ku, quien vive en el asentamiento Jacinto Canek, en tierras ejidales del sur dentro del territorio de Mérida, platica su peregrinar en búsqueda de apoyo del Ayuntamiento para tener una vida digna que hoy está muy lejos de alcanzar: “La primera solicitud de servicio la metimos desde hace dos años, y cuando Renán Barrerá estaba en campaña para volver a ser alcalde también le pedimos apoyo, pero él nunca visitó nuestra colonia, sólo mandaba a sus secretarios”.

Agregó que Barrera Concha durante su campaña sólo mandó su gente, pero nunca llegó el apoyo prometido para mejorar la colonia: “Siempre así lo hacen, nos ofrecen y no llega nada. Lo pedí junto con otra compañera de la colonia Plan de Ayala, porque ahí vive mi mamá, hemos metido solicitudes de apoyos como la pavimentación de calles. Sólo promete y no cumple, nos dicen ‘sí, sí’, pero ya cuando están arriba ni se acuerdan de uno, se olvidan, así es la política, pura mentira”.


La vecina que tiene cinco años viviendo en esta colonia, dijo con una mezcla de cansancio y enojo, que está agotada de solicitar ayudas que nunca llegan: “También pedimos apoyo de escombro porque aquí hay una calle que se inunda y queremos que la rellenen, pero no mandan nada. No llega el servicio de agua potable, eso lo solicitamos también a través de Antorcha Campesina y nada, todo es partidos”. 

Es evidente que, producto de una rampante corrupción ampliamente documentada por Sol Yucatán, la capital del estado padece una lacerante falta de justicia social, carencias que se han recrudecido con la pandemia de Covid y es caldo de cultivo para la violencia e inseguridad que en últimas fechas ha aumentado en la ciudad, como resultado de estos contrastes sociales y territoriales y de las marcadas desigualdades existentes entre el norte y el sur.


De este modo, doña Marcela López Ku, de 49 años, expresa su temor por la inseguridad a falta de alumbrado público: “Queremos luz en las calles, hay sólo en una parte, falta mucho. Pedimos postes para acá donde vivo y no trajeron, pavimentación de calles y tampoco. Hace mucha falta porque hay muchas personas que vuelven de su trabajo muy noche y se vuelve peligroso para caminar en total oscuridad, además está enmontado, pasamos por un buen tramo que da miedo, es peligroso para las mujeres, los niños y jóvenes”.


Platicó que en fecha reciente asaltaron a un vecino suyo de 78 años de edad: “Es un señor ya grande, vive con otro adulto mayor, se dedica a la recolección de plástico para reciclaje, recientemente lo asaltaron en su casa, lo golpearon y le quitaron las pocas pertenencias de valor que había logrado tener con el fruto de su esfuerzo y acá nunca llegan ni las patrullas”.

Los colonos se organizaron para pagar una máquina que rebajó un montículo que obstruía el paso: “Porque no tenemos apoyo de la autoridad municipal, ese cerrito estaba muy alto. Nosotros mismos limpiamos esa parte de la orilla de la reserva Cuxtal.


 También pedimos postes y no nos llegaron, que porque eso no va a ser calle. No hay servicio de recolección de basura, tenemos que quemar nuestra basura, además nosotros cocinamos con candela”.

Es claro el desinterés de Renán Barrera Concha por los habitantes en condiciones de pobreza y marginación, así como el descuidado de los recursos naturales, a pesar de que en 2020 fue aprobada una inversión millonaria para el mantenimiento de la Reserva Ecológica Cuxtal y su periferia; sin embargo, son los lugareños quienes se coordinan para mantener limpia la periferia de la reserva, con el fin de evitar asaltos y robos, por lo que no se sabe a dónde van a parar esos millones que entregó la federación porque no se protege el ambiente de la quema indiscriminada.


Ese millonario recurso se entregó en el marco de la construcción del Tren Maya, luego de que Renán Barrera Concha, alcalde de Mérida y el entonces director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, firmaran un acuerdo federal para que la reserva Cuxtal, Área Natural Protegida (ANP), recibiera 278 millones de pesos de la federación a través del fideicomiso denominado: “Fondo Municipal Verde”, cuya ejecución ha sido dudosa y opaca.


Y aunque dicho convenio menciona medidas de prevención, mitigación y compensación ambiental, no cumple la normatividad ambiental, pues es una zona árida que luce abandonada y enmontada, sin iluminación en sus límites que colindan con los terrenos ejidales contiguos.


Y ¿Qué ha hecho Renán Barrera Concha con esa millonaria cantidad entregada por el gobierno federal para atender la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente?, pues son los ciudadanos quienes tienen que encargarse de la limpieza de sus orillas, cuando hay recursos públicos para eso, ya que el fideicomiso contempla un monto para adquirir mil 112 hectáreas periféricas para su conservación permanente. 


Sin embargo, persisten las problemáticas ambientales que ponen en riesgo no sólo a la población que vive en zonas aledañas, sino que sigue utilizándose como tiradero de residuos sólidos, poniendo en riesgo la calidad del suelo, subsuelo y del acuífero.


Por su parte, Diana Lizeth Reyes Rejón, de la colonia Roble Unión, colonia irregular donde vive desde hace dos años, cuenta que en su colonia también se han organizado para solicitar diversos apoyos al Ayuntamiento, pero tampoco les ha llegado nada.


“Nos hace falta pavimentación, agua potable, luz eléctrica. Pido que el Ayuntamiento me ayude para que tengamos mejores condiciones, que me apoye a componer mi casita, que me regalen lamina para que no llueva mi casita porque es de láminas de cartón y lonas; que me regalen, aunque sea tres bolsas de cemento y block, o un pie de casa. Que me apoye para que no suframos con la lluvia. Tampoco tengo baño ni sumidero”, sostuvo.

Casada, con 23 años de edad y madre de dos hijos: Edwin y Adriana Lizeth de 4 y 2 años respectivamente, dice que los vecinos han pedido apoyo al Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY): “Dicen que está en proceso, pero no ha llegado la ayuda”, y como es una colonia irregular no tiene contrato con la Comisión Federal de Electricidad (CFE): “Acá en mi casita a nosotros nos regalan luz, o sea que tenemos un poquito de luz para que alumbre a los niños”.


Por ejemplo, la falta de sumidero, baños y agua potable que denuncian, genera un entorno insalubre que tarde o temprano afecta a la población. Y es que la pobreza es un fenómeno multidimensional relacionado con las condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades básicas e imposibilitan la plena integración social.  


En este sentido, la ayuda social se vuelve urgente, si no para reducir la brecha que divide al norte y al sur, al menos para evitar que se ahonde, pues de acuerdo con el informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicado en agosto del 2021, en Yucatán hay 575 mil 373 personas que viven en carencia de alimentación nutritiva, aproximadamente 100 mil más que en 2018; cifra que significa el 24.8% de la población del estado, convirtiéndolo en uno de los siete estados con un incremento importante en inseguridad alimentaria.


En este contexto, desde hace dos años Martalina Peñate Solís puso un comedor comunitario en esta misma colonia Roble Unión, con la ayuda de la organización Apoyo Mutuo: “Este comedor empezó al mismo tiempo que la pandemia, para ayudar a los que más lo necesitan, niños, ancianos, porque muchos se quedaron sin empleo ni ingreso para adquirir alimentos, pedimos solo 10 pesos de cooperación y lo dan sólo los que pueden”. 


A través de esta iniciativa empezaron a ofrecer comida tres veces a la semana, en horario de 11 a 12 del día, tres veces a la semana y aunque al principio daban de comer hasta a 300 personas, ahora sólo llegan unas 30 personas, es decir, el 10 por ciento de la cifra inicial.


No obstante, Martalina Peñate Solís señaló que la organización con la que empezaron, hace dos meses dejó de mandar insumos para preparar la comida, por eso es útil cualquier aportación que la gente puede dar, para ello pidió que se comuniquen con ella al número 562 495 4891, ya que necesitan donaciones en especie porque “Con la cooperación de 10 pesos nosotros le vamos dando vuelta al dinero, la carne está cara. Hay mucha necesidad aquí, le pedimos a la gente que nos pueda apoyar con frijol, arroz, aceite, sal o fideo, o con lo que puedan”.


Asimismo, pidió al Ayuntamiento que no se olvide de la gente: “Al alcalde Renán Barrera le pediríamos que nos regularicen la tierra donde vivimos y con el alumbrado público, agua potable, que es lo que se necesita. La falta de luz provoca robos asaltos. 


Es cuando andan los ladrones en la noche, como a las dos de la mañana pasan robando, se llevan los cables, se llevan cualquier cosa, también necesitamos seguridad.


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