QUINTANA ROO UN ESTADO FALLIDO QUE PERDIO LA BATALLA POR LA SEGURIDAD.

Solo, totalmente solo dejaron al fallecido inspector José Antonio Archi Yama, ni si quiera fueron a su funeral, la policía estatal no hizo nada para buscarlo, como se recordará sus familiares incluso fueron a las instalaciones de la Fiscalía para solicitar que se revisaran las cámaras del C5 y poder tener más información sobre el paradero del extinto mando policíaco.

Sin embargo y tras la burocracia que todos conocen, nunca se obtuvieron imágenes de los vídeos de dichas cámaras, que por cierto las maneja la propia secretaria de seguridad pública, entonces resulta que como siempre Alberto Capella Ibarra en su egocentrismo y su afán de protagonista monto un supuesto operativo de búsqueda que incluyo un helicóptero, por supuesto y como toda la sociedad lo sabe, el operativo fue fallido.

Es inexplicable como ni la secretaria de seguridad pública, ni la propia fiscalía, pidieron intervenir las comunicaciones en el aparato celular del oficial caído, porque no solicitaron las sabanas de los mensajes telefónicos, el registro de las llamadas, los mismos vídeos de vigilancia que la familia había pedido, ¿Por qué lo dejaron solo? ¿Por qué en otras ocasiones como la del levantón de 25 personas si se intervinieron los teléfonos y pudieron dar con el paradero de los criminales?

Estas y otras interrogantes se formulan en torno al cruel asesinato de José Antonio Archi Yama, quien murió a manos del crimen organizado, se supone que a manos del Cartel Jalisco Nueva Generación, ya que ellos se acreditan la muerte del oficial, sin embargo es importante comprender que frente a personas armadas y que te apuntan con esas mismas armas de fuego, pues es comprensible que cualquier persona dice lo que ellos quieren que digan, ahí radica que posiblemente la ejecución y decapitación no haya sido fraguada por quienes dicen haber sido los autores de dicho crimen.

El narcotráfico ha puesto de rodillas al gobierno de Quintana Roo, a la sociedad quintanarroense, ha puesto de rodillas al estado, un estado fallido, con un gobernador fuera de la realidad, económica, social de la entidad, un secretario de seguridad pública, literalmente loco, fuera de sus cabales, que le importa más la parafernalia y los teatros montados para salir en la fotos de medios y reporteros a modo, de los cuales no vale la pena ni mencionar sus nombres, pues simplemente son cómplices de la ineptitud y la corrupción del gobierno del estado.

Ya se perdió la batalla de la seguridad en Quintana Roo, ni si quiera a los suyos cuidan, ¿Cómo podrían entonces preocuparse por los ciudadanos? Recordemos que hay un policía ministerial aun desaparecido, el oficial Jorge Aparicio Domínguez, quien era escolta de la Fiscal Anti Corrupción, Rosaura Arzapalo, tampoco lo buscaron, tampoco ha aparecido y se lo llevo un grupo conformado por un policía ministerial federal de SEIDO y sicarios del Cartel Jalisco Nuevo Generación, si, así como lo leen, en Cancún y Playa del Carmen, los grupos del crimen organizado, especialmente el CJNG, se trasladan en camionetas lujosas, con uniformes y logotipos de la SEIDO y la Fiscalía General del Estado, incluso traen placas y documentos que acreditan ordenes de aprensión, las victimas ofrecen menos resistencia y son menos llamativos los levantones, así se llevaron al oficial Jorge Aparicio, así se llevaron a José Antonio Archi Yama, así operan, así se mueven, así, con la complicidad de la Secretaria de Seguridad Publica, de la Fiscalía General del Estado, de la Fiscalía General de la República y de la propia Marina Armada de México.

Hace poco salió Alberto Capella Ibarra a decir a los medios de comunicación que tienen detectados 5 grupos del crimen organizado y la pregunta es ¿Por qué no los detienen? Así las cosas, en Quintana Roo ya se perdió la confianza en el Gobernador Carlos Joaquín, se perdió la seguridad y la paz social, es un estado fallido.

 

 

Por Alfredo Griz.

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