LIMPIABA SU POZO Y ENCUENTRA OSAMENTA HUMANA EN HUNUCMÁ.

Hasta las ganas de seguir limpiando un pozo se le quitaron a sujeto apodado como “Morro” luego de hallar una osamenta humana al interior de un predio de la calle 34-A con 45 de la colonia Álvaro Obregón del municipio.

De acuerdo con datos recabados, esta persona estaba efectuando labores de limpieza en el predio el señor Gregorio Lara (a) “Goyo”, de 84 años cuando, alrededor de las 11 horas, sacó de entre el lodo huesos humanos, por lo que mejor dieron parte a las autoridades.


El sitio de los hechos fue acordonado por agentes de la Policía MUNICIPALES, mientras personal de la FGE y del Servicio Médico Forense se encargarían de las diligencias de ley. De igual forma tomó conocimiento la Policía Estatal Investigadora.


Fue necesario el arribo de Bomberos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) para realizar los trabajos de rescate de los restos óseos del interior del pozo. Incluso se logró sacar una gorra y un short, que pudieron haber pertenecido al ahora occiso.

Restos podrían ser de vecino extraviado.


Alarmados por la noticia del hallazgo, parientes del pescador José del Rosario Canché, quien se extravió en enero de 2017, arribaron hasta dicha esquina, pues podría tratarse de su familiar, ya que vivía a una cuadra de donde se halló la osamenta.


“Chayo” era un fiel adorador de Baco y, de acuerdo con vecinos, hasta hace unos meses en el predio donde encontraron dichos restos, era frecuentado por otro grupo de teporochos que se reunían para rajar trago.

El nido acostumbrado de los briagos llegó a su fin luego que don Goyo fuera agredido físicamente presuntamente, por varios viciosos, que lo dejaron en grave estado de salud.


Luego de ese episodio, el Morro y su pareja (quien es sobrina de don Goyo) empezaron a vivir en esta casa, pero al notar que el agua del hoyanco empezó a oler a podrido en los últimos días, optaron por empezar a depurar el pozo desde ayer en la tarde.


Finalmente será el Semefo el que se encargue de determinar las causas del deceso, y si realmente los restos (una clavícula y un fémur) corresponde al de la persona extraviada hace dos años y medio.

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