LOS MONTES TIENEN DUEÑO, SE TIENE QUE PEDIR PERMISO.

Cumpliendo con la tradición de sus ancestros, campesinos de la unidad productiva “Tuúmben Kùuxtal” hicieron la ofrenda del Waji Kool para pedir permiso a los guardianes del monte al iniciar un ciclo de siembra.

Los productores están a punto de iniciar la siembra de varias hectáreas de sandía, y como cada año, preparan un singular ritual.


Sus abuelos les enseñaron a respetar a la madre tierra y a los dioses del monte, por eso tienen que solicitar permiso para hacer producir la tierra y pedir que les vaya bien en la temporada.


Para la ceremonia maya de petición y agradecimiento, las familias de “Tuùnben Kuùxtal” llamaron a Prudencio Caamal Noh, sacerdote maya de la región que a sus 91 años sigue al pie del cañón para llegar a las milpas y elevar plegarias en nombre de los campesinos.

En la celebración del Waji Kool participaron hombres y mujeres, cada uno haciendo lo que les corresponde; los varones se van al monte por la madera y dejan listo el hoyo del pib, mientras que las mujeres preparan la comida y los panes para el ritual.


Pasando el mediodía, don Prudencio anuncia que es hora de llamar a los guardianes de los cuatro puntos cardinales y ofrecerles las ofrendas del altar, al mismo tiempo que se hacen las plegarias para pedir permiso para la siembra de cultivos.


Al final, los socios de la unidad productiva e invitados participan en un convivio, donde comparten la sopa del ritual, los panes, así como el sacab y el balché, bebidas sagradas de los mayas.

Los campesinos mencionan que llevan más de 20 años realizando este ritual y tienen fe en que los dueños y señores del Mayab escucharán sus intenciones y les concederán una excelente cosecha en las hectáreas de sandía.


“Con la ceremonia del Waji Kool pedimos se nos permita trabajar y al mismo tiempo agradecemos por lo que nos da la madre tierra; esto lo hemos hecho por muchos años, seguiremos con este ancestral ritual y se lo enseñaremos a nuestros hijos y nietos” señaló Demetrio Valle Canté.


“En estos tiempos, donde los jóvenes prefieren la tecnología, tenemos que enseñarles que la tierra da de comer a quien la trabaja, pero también tienen que comprender que los montes tienen dueño, por eso hay que pedir permiso para que pueda producir y dé para el sustento familiar”, añadió El campesino indicó que la unidad productiva está ubicada a un kilómetro de la cabecera municipal y desde hace muchos años, los socios siembran todo tipo de cultivos; sin embargo, Demetrio Valle dijo que la difícil situación económica los lleva a pedir apoyo al gobierno, apoyos que muchas veces llegan a los que no se dedican al trabajo del campo.

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