CANCUN, FUTURO PUEBLO FANTASMA

Columna Por Armando Angulo.

Cancún, la ciudad que alguna vez fuera la meca del empleo, la perla de la industria turística en el país, el lugar a donde llegar en busca de prosperidad, una ciudad que a la par de su próspera zona de hoteles de playa, ofrecía al turismo una zona centro con un sabor propio que era visitada por el turismo casi de manera obligada, hoy se convierte poco a poco en un pueblo fantasma sumido en el abandono y en proceso de convertirse en ruinas debido en su mayor parte, a la apatía de las autoridades, al menos, es lo que evidencia un recorrido hecho por la avenida más importante de esta ciudad, capital económica del estado.

 

Triste como es, la realidad no puede escapar a los ojos de cualquier persona que transite por la emblemática avenida Tulum, arteria principal de la ciudad, que alberga a las sedes tanto del gobierno municipal como del estatal, amén de la central de bomberos y más de una oficina gubernamental secundaria, así como de los principales monumentos de la ciudad, pues solo es necesario desplazar la vista hacia los lados para ver cada pocos pasos algún local antes exitoso, convertido en ruinas grafiteadas o en el mejor de los casos, con lapidarias cortinas metálicas luciendo un letrero de venta o renta.

 

El recorrido inició en el cruce de la avenida Tulum con la avenida Chichen, justo donde se ubica el mercado “Javier Rojo Gómez” mejor conocido como 23, donde hasta hace unos años, albergaba bullicio y algarabía en la mayoría de los locales de los alrededores, hoy, muchos lucen cerrados y pintarrajeados, y el que fuera allí uno de los restaurantes más tradicionales de la ciudad, “Los Almendros”, es hoy un galpón utilizado esporádicamente para ofrecer clases de salsa.

 

No hubo que caminar mucho para encontrarse con la siguiente ruina, una serie de locales ( toda una cuadra en realidad ) que antaño ubicaba a el popular bar “El torero”, cuyos locales sirven ahora como improvisado paradero y base de vendedores ambulantes durante el día, y como refugio de malvivientes e indigentes por las noches, situación ésta, que ha ocasionado más de una queja de algunos vecinos del lugar por la criminalidad que estos personajes generan.

 

Este escenario de abandono y desolación, se repite de manera contínua en las siguientes cuadras hasta llegar al cruce donde confluyen las avenidas Tulum y la Uxmal, incluso, en la cuadra que albergara alguna vez a las oficinas del Fonacot, y que hoy solo sirve para que los adolescentes ociosos descarguen su creatividad en inútiles y grotescos “grafitis”.

 

Uno pensaría que cuadras adelante, donde empieza lo que a las autoridades les gusta clasificar como “el centro de la ciudad”, el panorama mejoraría un poco, sin embargo, lejos de eso, se recrudece aún más, pues el número de locales cerrados, en oferta de venta o renta, grafiteados e incluso vandalizados, aumenta preocupantemente, y donde hasta hace algunos años se ubicaban negocios reconocidos por la mayoría, como el caso de la boutique Puerto Banus, o una discoteca para personas de filiación no heterosexual, el antiquísimo Burger King, la Farmacia Cancún, el afamado negocio de moda Cybeles, la perfumería Ultra Femme y un sinfín de tiendas de artesanías de abolengo, son igualmente inmuebles tapiados cuyos propietarios los han dejado en el abandono por falta de valientes que quieran establecer algún negocio allí.

 

Esta terrible situación, atribuible a la indolencia de las autoridades que administración tras administración, han pasado por el palacio de gobierno municipal sin tomar un interés real en tratar de rescatar a la ciudad, aun cuando ha sido promesa de campaña de prácticamente todos los alcaldes, amenaza gravemente no solo con seguir los pasos de lo que fuera el glamoroso Acapulco de hace algunas décadas, sino que más allá, promete un futuro pueblo fantasma que acabará por liquidar la imagen del Cancún exitoso que se ha tenido hasta hace poco.

 

Y es que, la incesante inseguridad, que las autoridades torpemente no han podido contener, así como las incesantes trabas burocráticas para mantener funcionando cualquier empresa, han provocado que decenas de estos negocios simplemente decidan cerrar, todos, cansados de las sistemáticas extorsiones por cobro de derecho de piso a las que los tienen sometidos los diversos grupos del crimen organizado, los asaltos a cualquier hora del día, los excesivos cobros por impuestos municipales y de pilón a decir de algunos, la dádiva obligatoria a algunos inspectores poco honestos.

 

 

Habrá que ver cuánto dura en pie lo que queda del centro de la ciudad, antes de que únicamente sea utilizable como set de filmación para alguna película de espanto, tal como una actualizada Pripiat rusa, que no necesitará de radiación atómica alguna para lucir un abandono total… 

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